En un futuro cercano, la raza humana está en guerra con un adversario como ningún otro: la Inteligencia Artificial (IA). Joshua (John David Washington), un ex agente de las fuerzas especiales, es reclutado para cazar y matar al Creador, el esquivo de la IA avanzada que ha desarrollado un arma con el poder de poner fin a la guerra y a la humanidad misma.

“Resistencia” es una película de ciencia ficción “a la antigua” porque no se queda en la superficialidad de los efectos especiales, y porque explora en gran forma el potencial de la inteligencia artificial y los dilemas morales surgidos de ella, pero también es moderna, porque el diseño, la fotografía, los efectos especiales, las coreografías en las partes de acción y la construcción del mundo futurista impactan en todo momento. 

El equilibrio perfecto

El director y guionista Gareth Edwards supo crear un mundo futurista que resulta a la vez inquietante, cautivador y verosímil, algo para nada común entre los cientos de bodrios hollywoodenses del momento.

¿Cómo puede ser que una superproducción moderna promedio cuesta 250 millones de dólares “Resistencia” con solo el 30% de eso logra resultados visuales muy superiores? Eso pasa cuando en forma inteligente una película tiene la mentalidad de usar CGI para mejorar, y no siendo lo único para ofrecer. 

“Resistencia” ofrece un equilibrio entre secuencias de acción y la construcción de un mundo que plantea preguntas que invitan a la reflexión. Estoy cansado de las películas que son pura pavada visual sin sustancia, y en este caso, el vínculo que se crea entre Joshua (su protagonista) y Alphie (el personaje de la IA encarnado por Madeleine Yuna Voyles) es conmovedor. Nos hace conectar con ambos desde que los conocemos.

El examen que hace la película de las consecuencias de la inteligencia artificial y su cronología en relación con los debates sobre el tema en el mundo real está muy bien planteado. No toma partido, como suelen hacer muchas producciones del género cuando le dan al espectador todo digerido de forma cuasi propagandística para hacerlo sentir bien, sino que plantea preguntas y reflexiones filosóficas sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas, a partir de las preocupaciones lógicas del ser humano. 

Especial para ver en cine

Me atrevería a decir que los impresionantes efectos visuales por sí solos valen el precio de la entrada. Pero si a eso le sumamos la solidez de la historia y la brillante música (donde suena Everything in Its Right Place de Radiohead, por ejemplo), entonces me atrevo a afirmar que estamos ante una de las películas del año.

Por favor, véanla en el cine. Entre un montón de horribles remakes, reinicios y secuelas, las películas ambiciosas y autónomas como “Resistencia” realmente destacan. Tenemos que apoyar la ciencia ficción original que abre la cabeza, que se atreve, y que cuestiona. Quizás los yanquees no están preparados para eso.

Juan Pablo Aguirre