Así como la ciencia ficción utiliza el espacio, los extraterrestres o los robots para hablar de la condición humana, “Anatomía de una caída” es mucho más que un policial o una película sobre un juicio, utilizando la duda sobre si una muerte fue un accidente o un asesinato como una excusa para hablar de la condición humana.

Se centra en las relaciones de pareja, los hijos, los planes de vida y los prejuicios, haciendo que el hecho del título en sí pase a convertirse en secundario, siendo sustentada por su solidez narrativa. Tiene la información, pero cuenta lo que quiere y cuando quiere, desarrollando (o no) a los complejos personajes con la misma postura.

Es larga, pero nunca aburre. Las actuaciones en general son memorables. Sandra Hüller, su protagonista, merece el Oscar, aunque seguramente no lo gane porque es la menos marketinera de las nominadas. También sorprende Machado Graner, en el papel del hijo, quien para buscar la verdad gradualmente se va exponiendo a situaciones traumáticas propias de los adultos, con un excelente manejo de las emociones.

Hay ciertas decisiones narrativas muy interesantes, como la utilización de un flashback durante la mitad de una escena, para luego dejar que exista una grabación de audio durante los puntos sin hablar, demostrando que no es necesario basarse en despliegues técnicos para que una dirección sea destacada.

El final no dejará a nadie con mal sabor de boca. Puede gustar o no, pero hace que cada uno saque sus propias conclusiones. 

Ah, por favor denle un Oscar al perro.