Sam (Megan Suri), una adolescente indio-estadounidense que lucha con su identidad cultural, se pelea con su ex mejor amiga y, en el proceso, libera sin querer una entidad demoníaca que se fortalece al alimentarse de su soledad.

Muchas veces, cuando se nota que el cineasta está queriendo emular a sus ídolos sin intentar aportar su estilo propio, la falta de originalidad hace ruido. Existen cientos de películas sobre entidades demoníacas, por lo cual, si leemos el argumento de No lo Abras, podría parecer una más. Para mi sorpresa, estaba equivocado.

El miedo a las burlas por diferente

El folclore indio, la sólida actuación en general y el tono oscuro e inquietante hacen que el interés se mantenga a lo largo de toda su duración. Es cierto que puede recordarnos a otras películas disfrutables como The Boogeyman, It Follows o The Ring. Sin embargo, el director debutante Bishal Dutta se encarga de aportar muchísimos elementos de su cultura que hacen que, mediante la exploración de temas espirituales y demoníacos que suelen asustar a la gente fuera del modelo tradicional yanqui, sea diferente al resto.

La actuación está un nivel por encima de la mayoría de estas películas. La fotografía capta muy bien el ambiente. En general, cumple muy bien su cometido y nunca deja de ser entretenida, con algunas escenas memorables como la de una persecución de un ente sobrenatural.

Consciente de sus limitaciones, está muy bien tratado el demonio, envuelto en sombras, donde sólo vemos su silueta y sus ojos brillantes. Quizás esto último es lo más trucho a nivel efectos especiales, dejando en evidencia su bajo presupuesto. 

Jordan Peele es un director aclamado por tratar el problema del racismo en la aclamada Get Out. A mi entender es una película correcta, pero muy medio pelo y liviana, que logró dejar contenta a la industria Hollywood con un argumento que tuvo a los blancos como los malos muy malos y a los negros como los buenos muy buenos, lllegando a un público masivo de blancos con cola de paja, colándose en las nominaciones de los Oscar en una industria que ningunea al género.

La cultura india no es algo que venda a nivel mainstream. Bishal Dutta no tendrá el reconocimiento de Get Out. Sin embargo, logra de manera mucho más efectiva retratar la discriminación, mostrando las consecuencias del choque de culturas de occidente y oriente a través de expliraciones psicológicas de los personajes.

Basta con mirar las críticas de hombres y mujeres blancos en la prensa o en sitios de comentarios como para entender que en muchos casos la negatividad evidencia rasgos de xenofobia. No den bola, y disfrutenla. Definitivamente tenemos un director que dará que hablar en sus próximos trabajos.