Una joven de 17 años llamada Suzume ayuda a un misterioso joven a cerrar las puertas de otro mundo que están provocando desastres en todo Japón.
No entiendo mucho de animé. No soy de los que tienen claros los códigos propios del género, por lo que no tengo elementos técnicos como para evaluar si es un animé bueno, malo o regular, y creo que eso no es lo que importa para darse cuenta de que estamos ante una película sumamente disfrutable.
Entiendas o no del género, la historia es tremenda. Desde la primera escena te tira un montón de información como para ir procesando, que genera un interés inmediato.
A medida que avanza nos va introduciendo varios personajes secundarios. Todos están muy bien desarrollados, y van aumentando en importancia. Los elementos fantásticos propios de una historia que implica apertura de puertas de otros mundos se mezclan con varios elementos de humor “terrenales”, generando cuestionamientos de los personajes, y risas en el que está mirando, mientras progresivamente todo se va convirtiendo en una especie de “Road Movie” (película desarrollada en una carretera) en la que Suzume busca objetivos concretos.
Otro punto a destacar es el muy buen manejo de lo sentimental. En ningún momento recurre a golpes bajos para generar emociones. Si logra que llores, no será por manipulaciones.
El final es un cierre perfecto para lo que acabamos de ver. Ante tanta película proveniente de occidente, celebro que se puedan estrenar a nivel comercial este tipo de películas ideales para toda la familia. Ojalá no sea la última
Juan Pablo Aguirre