Un ataque producido por un único hombre deja un saldo de 29 muertos y ni una sola pista. Eleanor Falco (Shailene Woodley), una retraída aunque talentosa mujer policía de bajo rango, es reclutada por el Agente Especial del FBI Geoffrey Lammark (Ben Mendelsohn) para integrar el equipo a cargo de la identificación y captura del asesino en masa.
Los simuladores es, en mi opinión, la mejor serie que se ha hecho en Argentina. Allí, Damián Szifron fue capaz de crear un universo lleno de personajes entrañables, con capítulos perfectos que mezclaban suspenso, drama, crítica social y comedia. Relatos Salvajes, película gracias a la cual obtuvo reconocimiento internacional, cuenta historias bien latinoamericanas, probablemente basadas en sus experiencias, que nos pueden hacer sentir identificados.
Por su trayectoria, llama la atención que teniendo la posibilidad de hacer su propia película en Hollywood, el resultado sea tan genérico y olvidable. A pesar de que los primeros minutos son alentadores, con ritmo frenético, donde empiezan a haber un montón de tiros sin que sepamos nada mientras la cámara acompaña en gran forma, recordándonos a la brillante Enlace Mortal (Joel Schumacher, 2003), a medida que se va construyendo el relato su ritmo empieza a decaer.
Empezamos a ver diálogos larguísimos, con sobre explicaciones, donde a pesar de la muy buena actuación de sus protagonistas, el agente del FBI pasa a ser una especie de Mario Santos pero aburrido y sin carisma.
Los temas complejos como la depresión, la corrupción, la discriminación y la xenofobia son tratados de forma muy liviana, bien para yanquis que necesitan que les repitas las cosas por si no entendieron, con situaciones genéricas como que a la protagonista no la hayan aceptado en el FBI por falopera, que el detective principal es homosexual, y que por temas burocráticos no le brindan la libertad que precisa para resolver el caso.
Tenía muchas expectativas y me fui muy defraudado. No es una mala película, pero de un realizador con la trayectoria de Damian Szifrón esperaba mucho más que lo que se puede asemejar a un capítulo de nivel promedio de los de Criminal Minds pero más largo de lo habitual. Si tuviera que responder por qué sucedió, creo que es porque todos vemos a Estados Unidos desde lejos, sin datos internos. Que haya un tirador loquito por las armas no es algo propio de nuestra cultura, así como probablemente a ellos no les pase que bombita Darín tenga que luchar con una oficina del estado burocrática e ineficiente.
Habiendo visto una entrevista donde él decía que filmar en Hollywood no es algo que recomienda particularmente, espero que recaude un montón de plata para que pueda volver a hacer lo que realmente sabe, y que la película de Los Simuladores sea brillante.
Juan Pablo Aguirre