Como en los cuentos de Poe, donde el autor no se esfuerza en ocultar el yoismo porque sabe que el producto es bueno, Steven Spielberg sabe que «Los Fabelman» es un buen producto, más allá de los nombres propios.

Estamos ante una historia simple, que puede asumirse como autobiográfica del director, de una familia tipo judío/estadounidense que cuenta con un ingeniero de sistemas y una ama de casa ex pianista y sus hijos, mostrando sus anhelos, frustraciones, alegrías, amores y desengaños.

Seguramente, muchos de nosotros nos veremos reflejados en esos personajes. Cabe destacar a la banda sonora que acompaña permanentemente los estados de ánimos de los personajes en cada escena.